El genograma, una herramienta crucial en el ámbito de la evaluación y diagnóstico, brinda una representación visual de las dinámicas y relaciones fundamentales que caracterizan a una familia a lo largo del tiempo. También conocido como familiograma, árbol genealógico, árbol familiar o pedigree humano, este método encuentra sus raíces en el trabajo pionero de Murray Bowen en la segunda mitad del siglo XX y ha evolucionado desde entonces, adaptándose a diversas necesidades y siendo empleado no solo por psicólogos, sino por una amplia gama de profesionales en el campo social y de la salud.
Un genograma completo abarca una serie de elementos esenciales que ofrecen una visión holística de la estructura y dinámica familiar. Esto incluye la identificación de los miembros de la familia (padres, madres, hijos, tíos, abuelos, entre otros), las relaciones tanto biológicas como legales entre ellos (matrimonios, divorcios, etc.), el subsistema de hermanos, los residentes en el hogar, datos demográficos relevantes (fechas de nacimiento, defunción, matrimonio, etc.), historial de enfermedades y problemas (tanto físicos como psicosociales), eventos vitales estresantes como muertes, encarcelamientos o deudas, así como los recursos familiares disponibles, como redes de apoyo internas, relaciones familiares y alianzas.
La simbología desempeña un papel crucial en la comprensión de un genograma, permitiendo una interpretación uniforme entre profesionales. Aunque existen variaciones en la simbología según los autores y las disciplinas que lo utilizan, algunos símbolos son generalmente aceptados y compartidos entre diferentes contextos profesionales. Estos símbolos estandarizados facilitan la interpretación y comunicación eficaz de la información contenida en el genograma, contribuyendo así a su utilidad como herramienta de evaluación y comprensión familiar.


